Soy La Sombra De Tus Pasos...

Me dijiste que necesitabas tiempo para ti, para pensar las cosas, para pensar donde estabas fallando tu y donde estaba fallando yo.

Me citaste en la plaza, en nuestra plaza, esa que guarda tantos recuerdos de niñez, adolescencia y juventud, nuestra juventud.

Me sentaste en la banquita verde, yo solo miraba el pasto, y tu movias un pie de un lado al otro, como queriendo decir algo y no pudiendo por miedo a lo que podia decir o hacer.

Él: creo que ya no nos podemos mentir más... necesito tiempo para mí.

Ella: no tengo nada más que decir.

Él: siento que tu dependes de mi... pero no se si yo dependa de ti.

Ella: no tengo nada más que decir.

Él: siento que me quieres más de lo que yo mismo te puedo querer.

Ella: no tengo nada más que decir.

Él: cuando solucione mi vida volvere a ti.

Ella: cuando vuelvas, sabes que me encontraras siempre, incondicional, con los brazos abiertos, y con la sonrisa en los labios.

Y me di cuenta de algo, siempre estare, porque siempre estube, porque siempre lo he hecho en silencio, siempre he recojido las migas de tu felicidad, recojo los pedacitos de cariño, de amor, de honestidad... lo peor no es eso, es que me conforme con ello, que lo acepte, que lo asuma, que lo deje asi, que lo viva como una condición natural, eso es lo peor.

Pero no se de que reniego, si al fin, siempre estare aqui, porque no se hacer más que quererte, porque no se más que vivir por ti y para ti.

Seguire pisando tus pasos, pero nunca a tu lado, siempre tras de ti.